Contexto político, económico y territorial de Italia y Florencia en tiempos de los Médici.

En estos momentos del siglo XV, Italia constituía un ente territorial que carecía totalmente de unidad política. Estaba compuesta de alrededor de veinte estados, divididos en repúblicas (Florencia, Génova, Venecia, etc.), ducados (Saboya, Mantua, Milán, etc.) y marquesados (Saluzzo, Monferrato, etc.), de los cuales solamente Milán, Venecia, Florencia, los Estados Pontificios y Nápoles tenían una verdadera entidad territorial y política. Estos lugares normalmente estaban gobernados por la figura del príncipe, descendiente de un condottieri, quien había impuesto su autoridad en un contexto de guerras (este es el caso de, por ejemplo, los Sforza en Milán).

A pesar de esto, se trataba de una zona próspera y culta, bien poblada, con una buena agricultura, una industria pañera y sedera que competía en todo el continente europeo y un poderoso comercio. Buena parte de la riqueza generada a través de estas actividades estaba dedicada a apoyar las artes, de manera que se ganó la admiración de los intelectuales y artistas europeos. Es la paz de Lodi de 1454, obligada por la presencia turca, que tras ocupar Constantinopla amenazaba las fronteras europeas, el hecho que marca el inicio de un periodo de paz que Italia aprovechó para protagonizar una gran etapa de prosperidad y florecimiento artístico.

Aunque la división, las luchas entre diferentes estados, así como su riqueza y prestigio, hacían de Italia un claro objetivo para las monarquías más poderosas del momento, la francesa y la hispánica, quienes pelearon por la posesión de varios territorios italianos. 

Poniendo la lupa en Florencia, en 1434, tras una serie de conmociones sociales y un gobierno dominado por la burguesía, los Médici, con Cosme al frente, mediante un golpe de fuerza y apoyo popular, tomaron el poder y consolidaron su posición, iniciando así una nueva y larga etapa al frente de la república. Sería su hijo Lorenzo quien dirigiera Florencia en su época dorada, ya que era un hábil político y un gran mecenas de las artes.  

Los Médici dieron al gobierno la fuerza y continuidad que necesitaba, terminando con la inestabilidad social y allanando el camino para que Florencia se convirtiera en una república poderosa. Para ello, y también con el fin de aumentar su poder, sustituyeron la elección por sorteo por una junta previamente seleccionada, de manera que la Signoria (la magistratura suprema) estuviera siempre al mando de personas afines a la familia Médici. Además, del nuevo Consejo de los setenta se elegía una junta encargada de la hacienda y los asuntos exteriores.

De esta manera, durante el gobierno de los Médici, aceptado por la mayor parte de la ciudadanía, Florencia protagonizó una etapa de prosperidad económica y artística, esta última debido al mecenazgo de la familia. Sus dotes políticas y su potencial económico hicieron que Florencia tuviera una importante presencia en el panorama italiano de la época.


Bibliografía:

·García de Cortázar, J. A. y Sesma Muñoz, J. A. (2014): "Teoría política y organización del poder", Manual de Historia Medieval, Madrid, 393-426.

·Falcón Pérez, I. (2002): "Los Estados italianos en la Baja Edad Media", V. A. Álvarez Palenzuela (coord.), Historia Universal de la Edad Media, Barcelona, 797-814. 

·Colás Latorre, G. (2002): "Pluralidad de formas políticas en Europa", A. Floreistán (coord.), Historia Moderna Universal, Madrid, 155-176. 


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